sábado, 27 de diciembre de 2014

Extraños

Summer Evening. 1947 by Edward Hopper






Ella subirá al coche de un extraño y confiará en él sin saber por qué. Recorrerán  carreteras y cruzarán fronteras juntos. Ella le regalará una sonrisa capaz de iluminarlo y él sabrá contener su rostro, el de una extraña, en su mano,  verlo al mirarlo y dejará que ella vea el suyo. Él será un extraño que, aunque herido, querrá curar sus heridas sin herirla; aunque no comparta su pasado, le ofrecerá su presente. A medianoche, si ella se despierta en la habitación de un motel de carretera, él seguirá junto  a ella en la cama y si no estuviera,  tras sentir la primera punzada, ella lo verá a través de la ventana, sentado en una destartalada hamaca mirando las estrellas. Él le permitirá mirarlas a su lado y compartirán la extrañeza de ambos.


Se detendrán en una estación de servicio y comprarán chocolatinas  que desharán en la boca mientras ella traza la ruta en un mapa para luego decidir coger un desvío a un lugar desconocido. En el escaparate de una tienda de segunda mano verán una tentadora polaroid con la que hacer fotos instantáneas, tangibles, únicas e irrepetibles y ella no podrá resistirse.

Él querrá ayudarla a poner el tejado a una casa y a cuidar su jardín. Hablará con ella,  pero no le incomodará el silencio, ni a ella el suyo. Sus silencios acabarán haciéndose extrañamente familiares, al igual que el temblor de la barbilla de ella, ese que preludia una pequeña catástrofe interior. Serán los dos unos  extraños  en permanente extrañeza y aún así se sentirán en casa. 

Cuanto más se familiaricen con el cuerpo del otro más incógnitas desearán descifrar; en alguna noche de insomnio uno susurrará en el oído del otro el dulce estribillo de  "Sweet baby Jeams", y se limpiarán el azucar glass de la comisura de los labios con la lengua.

Y cuando acabe la aventura, ella pegará una  foto en el espejo del baño de la estación de servicio en  la que se digan adiós para que alguien pueda recordarlos cuando no eran más que dos extraños, como en una road movie.


AMPARO DE VEGA REDONDO


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