viernes, 1 de diciembre de 2017

Tu cuerpo recuerda




Emmanuelle Riva y Eiji Okada en Hiroshima mon amourAlain Resnais.1959





Some years from now, when I have forgotten you and other romances like this one have recurred through sheer habit, I will remember you as a symbol of love's forgetfulness. This affair will remind me how horrible forgetting is.

Hiroshima mon amour. Alain Resnais.1959



Touch has a memory

John Keats



Perdida la memoria
En el laberinto del olvido
Los sentidos despiertan
Bajo el rutilante sol
Del final de la tarde.
Tu torso en escorzo,
De ternura y delirio bañado.
El clamor de la Promenade
Tras el balcón entreabierto.
Las voces en sordina
De la habitación contigua.
El sereno dormitar a deshora.
Se esfuma el instante.
Perdida la memoria,
El cuerpo recuerda.



Emmanuelle Riva en Hiroshima mon amourAlain Resnais.1959











miércoles, 22 de noviembre de 2017

Me acostumbré



 © Robert Doisneau 




You whisper "Good morning"
So gently in my ear
I'm coming home to you, babe
I'll soon be there


(Magnolia J.J. Cale)






Me acostumbré
a tus mañanas de bruma,
al silencio, a tu mirada esquiva,
a tu ausencia en el mundo.
Yo esperaba el mediodía
como quien espera los azares.
A tu media sonrisa,
tu verbo pródigo,
tu vuelta a la vida
en la ciudad templada
por el sol de noviembre...
Me acostumbré.





miércoles, 1 de noviembre de 2017

El Sur que nos habita



Autumn zephyr. Catherine Abel ©



We swore we'd travel darlin' side by side
We'd help each other stay in stride
But each lover's steps fall so differently
But I'll wait for you
And if I should fall behind
Wait for me


(Bruce Springteen, If I Should Fall Behind)










Se ahogaba de sed la tierra
cuando brotó el inesperado iris.
El misterio intacto,
el otoño recién estrenado.
Te veo llegar, como un espejismo,
por el camino que serpentea
entre los pinos.
La incertidumbre aún presente
en la boca del estómago.
El volcán, latente.
Vuelve la vida, las canciones
enredadas en los árboles.
Vuelven el sol y el vino,
el ensueño del estío
en el Sur que nos habita.





sábado, 23 de septiembre de 2017

Sumergirse











"Quelle que soit la façon dont les gens font l’amour, quelles que soient les configurations qu’ils choisissent, la géométrie de leurs corps, l’acte repose toujours sur un même mouvement : un va-et-vient fluide, répété, régulier, ample. Comme s’il fallait pour aller vers l’autre descendre d’abord en soi, en tirer le meilleur. Comme s’il fallait d’abord chercher le mystère qui nous fait tels que nous sommes, afin de l’unir au mystère de l’autre."

"Con independencia del modo en que la gente haga el amor, de las configuraciones que se elijan o de la geometría de los cuerpos, el acto se basa siempre en un mismo movimiento: un vaivén fluido, repetido, regular, amplio. Como si para ir hacia el otro, primero hiciese falta bajar dentro de sí, extraer lo mejor. Como si primero hubiese que buscar el misterio que nos hace ser como somos, a fin de unirlo con el misterio del otro."

Plonger/ Inmersión. Christophe Ono-dit-Biot

        "Ven a dormir conmigo. No haremos el amor, él nos hará"

   Julio Cortázar



Tras el visillo se alzaban las copas de los árboles, apenas una sombra bajo el sol vertical del mediodía, cuando la vida ruge tras su aparente placidez. Así, nosotros, arrellanados en el sofá, frente al fuego, experimentábamos la quietud del desencanto, de los silencios prolongados. Esperábamos que se produjera el milagro. Porque cada cuerpo tiene su lenguaje, cada cuerpo descifra lo que puede del otro cuando se sumerge en él y busca desesperadamente su misterio.




miércoles, 30 de agosto de 2017

Storm




Maxime Daviron









De todos los pronósticos,
el más dulce fue la lluvia.
Cuando llegó la tormenta
tú ya no estabas en casa.
Cerré los postigos
y abrí  las ventanas
para poder escuchar
el murmullo del agua.
Las flores estaban secas.
Las piedras, sin rastro
de su fulgor de arena.
Mis manos, huérfanas.
Mis pies, cansados.
Mi alma, hendida por el rayo.




miércoles, 9 de agosto de 2017

La mujer que no era Carole Lombard



Habitación en Nueva York.  (1932) Edward Hopper







La inspiración de este relato surgió a partir de un cuadro que vi en el Annex Antique Fair and Flea Market, un mercadillo en el centro de Manhattan, la primera vez que fui a Nueva York en el año 2005. Desde el primer momento me cautivó el rostro y la actitud tan familiar de la mujer retratada. El vendedor me dijo que era la actriz Carole Lombard y que el óleo procedía de una casa de Nueva Jersey. Sin embargo, conforme más tiempo pasa, más convencida estoy de que la mujer de ese cuadro, que por cierto me traje a casa, no es la Lombard. El cuadro de Hopper que figura arriba, Habitación en Nueva York, tan inspirador, me sirvió como punto de partida para definir a los personajes.






Alma pulsaba una tecla del piano con el dedo pulgar de espaldas a Ed, que leía el diario de la tarde. Era viernes, en un caluroso día de comienzos de junio en la ciudad de Nueva York. La ventana, abierta de par en par, daba paso a un aire denso y húmedo que había llenado de pequeñas gotas de sudor la espalda de Alma. Se había puesto un vestido rojo con un amplio escote a ambos lados, y unas gotas de perfume, con la intención de recordarle algo a Ed. Su rostro fino y de pequeñas facciones mostraba toda su desnudez al haberse recogido el pelo, muy lacio, en un moño improvisado con un lápiz. Siguió pulsando de manera intermitente teclas escogidas al azar que reproducían una desagradable disonancia, amortiguada por la presión de su pie sobre la sordina. De pronto reparó en la mancha de su uña. Aunque había pasado casi una hora restregándose las manos con trementina para quitarse los restos de pintura, la mancha persistía. Era una cuestión de tiempo, pensó, poco a poco iría difuminándose hasta desaparecer por completo.

Estaba satisfecha con el trabajo realizado. Había conseguido salvar el marco, que se encontraba en muy mal estado pero valía la pena conservar y era perfecto para aquel cuadro: Un retrato de los años treinta, según la Sra. Porter, la dueña del cuadro, y que supuestamente representaba a la actriz Carole Lombard con un paisaje desdibujado de fondo. Era el clásico retrato de pose, que en este caso representaba a una mujer rubia vestida de negro con las manos colocadas para la ocasión. Pero aquella mujer no era Carole Lombard, o al menos eso era lo que Alma pensaba. La Sra. Porter, una mujer de edad avanzada procedente de Nueva Jersey, le había rogado que fuera muy cuidadosa a la hora de restaurar el pequeño rasguño que atravesaba el rostro y había levantado la pintura a la altura del ojo derecho de la modelo. Era muy importante que respetara la mirada de la actriz, de quien aquella mujer era una gran admiradora y cuya excentricidad, acusada en los últimos años por la edad y la soledad, había transformado la admiración en una mitomanía fuera de lo común.

Alma gozaba de una buena reputación como restauradora en el Village, y nunca le faltaban encargos de particulares a los que algún cliente previo solía recomendar. Había pasado las dos últimas semanas visionando las escasas películas de la actriz que había podido conseguir, para intentar devolverle su mirada respetando al anónimo autor. También había hecho escapadas al MET el MOMA y el Guggenheim buscando retratos que le sirvieran de inspiración. Pero siempre desviaba sus pasos hacia las figuras de Picasso, Matisse o Hopper. Cuando veía que el vigilante de la sala se despistaba o conversaba con algún compañero, Alma aprovechaba para tocar los lienzos, sentir la textura y el trazo de la pintura.

Aún no le había enseñado el cuadro a Ed, quien por regla general no se mostraba muy interesado en los trabajos de Alma. “¿Por qué no dejas de arreglar los desperfectos de los otros y creas algo por ti misma?”, le había dicho en varias ocasiones. Sin embargo, Alma siempre aportaba algo personal a todos los trabajos que emprendía. Su única limitación era respetar al creador.

En los últimos días había visto “La Reina de Nueva York”, en la que una deliciosa y provinciana Lombard terminaba aceptando la farsa de hacerse pasar por una pobre mujer intoxicada por exposición al radio, enfermedad que la llevaría a la muerte. Un reportero, enamorado de ella, intentaba hacerla feliz en sus últimos días de vida en Manhattan. En una escena de la película, la actriz lucía un sencillo vestido negro, parecido al que llevaba la modelo del cuadro, con esa misma melena rubia de pelo ligeramente ondulado. Sin embargo, si el retrato representaba realmente a la Lombard, el pintor no había estado muy afortunado: no había conseguido captar su mirada ni su expresión. Era un buen cuadro que reflejaba un rostro inquietante y muy hermoso, pero no era el de la actriz.

Ed había terminado su segundo bourbon. Estaba arrellanado en el sillón, leyendo el suplemento literario, y Alma tenía ya la certeza de que, un vez más, Ed pospondría su eterna promesa de llevarla a aquel musical de Broadway con libreto de Bob Fosse que ella tanto deseaba ver. A Ed no le gustaba planificar las cosas con antelación, por lo que tendrían que conseguir entradas para ese mismo día en la oficina de Times Square. Eran pasadas las seis , y nada en la actitud de Ed denotaba que tuviera intención de salir de casa. Ni siquiera había levantado la mirada del periódico cuando Alma inició aquella melodía recurrente e indicativa de un estado nostálgico inespecífico. Tampoco lo hizo cuando ella se levantó y, al dirigirse a la ventana abierta de par en par, pasó por su lado casi rozándole la mano con el vuelo de su vestido y dejando tras de sí el rastro de su perfume, acentuado por el calor intenso del día. Alma suspiró profundamente, mientras se agarraba los brazos con las manos y miraba con el juicio suspendido los bloques de edificios que tenía enfrente. Su mirada perdida fue concentrándose en la fachada lateral de uno de los edificios más altos del barrio. En realidad no recordaba haber reparado en ella hasta ese momento, al menos en su contenido: estaba pintada recreando un paisaje urbano que, visto desde la distancia, se confundía con el conjunto.

Al día siguiente pensaba llevarle el cuadro a la Sra. Porter. Cogería el Waterway por la mañana y aprovecharía para pasar el día en Nueva Jersey con su amiga Doth. Adoraba su bello rostro afroamericano, la contundencia de sus facciones, la expresividad de sus ojos grandes y brillantes. Le encantaba estar con Doth, quien se había convertido en su musa. Alma comenzaba trazando su melena rizada color miel y luego completaba el boceto con cualquiera de las múltiples variantes que ofrecía su rostro.

Cuando Ed se levantó del sillón y se encerró en el despacho, Alma comprendió que era aquella una de esas tardes en las que necesitaba sentir la suave brisa del puente de Brooklyn a la caída de la tarde. Esperaría a que se encendieran las luces de la ciudad y comenzara a soplar un poco de aire fresco. La visión de Manhattan desde aquel puente al atardecer tenía un efecto balsámico en Alma. Solía llevarse su pequeña mochila, con un bloc de dibujo y carboncillos, paseaba durante unos minutos y luego se sentaba en uno de los bancos de alguno de los ensanchamientos del puente. Entonces veía pasar a los ciclistas que iban o venían y a los turistas que a veces le preguntaban con timidez si le importaba hacerles una foto. A Alma no sólo no le importaba, sino que disfrutaba haciéndolo. Miraba a través del visor e intentaba sacar lo mejor de aquellos rostros que se esforzaban por esbozar una sonrisa contra el horizonte del skyline neoyorquino en ese momento mágico en el que la isla comenzaba a llenarse de puntos de luz. Invariablemente acababa sacando su cuaderno y dibujaba un rostro hecho de fragmentos de todos los que había visto pasar. Pero esa tarde Alma iba ligera de equipaje. Tan sólo un pequeño bolso de mano, y sus manoletinas a juego con el vestido, que aumentaban la agilidad de su paso. Suspendida en el puente, y apoyada en la baranda, recordó a Carole Lombard en aquel velero navegando feliz las aguas del East River junto a Frederic March, fingiendo exprimir sus últimas horas de vida. El cuadro ya estaría seco. Cuando llegara a casa lo envolvería en papel burbuja. Confiaba en que la Sra. Porter quedara satisfecha con el resultado. Por supuesto no pensaba decirle que aquella mujer no era Carole Lombard.


Comenzaba a oscurecer y Alma sintió frío en la espalda. Decidió coger el metro hasta Broadway. Necesitaba confundirse entre la multitud y el clamor de la noche de viernes. Se dirigió al teatro Ambassador. Finalizada la función, un grupo de espectadores aguardaba, con el programa de mano visible, a que salieran los actores con la esperanza de conseguir un autógrafo. La semana próxima compraría dos entradas e iría con Doth a disfrutar de aquel musical. Fue hasta Times Square. Por encima de las luces de neón, que la hicieron reparar de nuevo en su pequeña mancha que ahora oscilaba de color por el efecto de los haces de luz, y el paisaje de fondo hecho de atractivos escaparates, tenderetes, músicos callejeros, lunáticos y gente corriente, sobresalían para Alma la multitud diversa de rostros con los que se cruzaba su mirada que, a diferencia de la de la mayoría de los neoyorquinos, sí que se detenía en el otro. Almacenaba todas las facciones y gestos que tenían cabida en su memoria. Luego, en sus momentos de ocio no compartidos dibujaba rostros que iban a parar a una carpeta que Ed jamás había visto.

Entró en un deli y compró una porción de tarta de zanahoria. La fue saboreando a pequeños trozos mientras paseaba su menuda figura entre el bullicio de la gran ciudad, como una ligera mancha roja que se desplazara al ritmo de la brisa. Entonces reparó en su pelo. Se quitó el lápiz que recogía su melena lacia en un moño y lo dejó suelto. Aunque careciera de la exhuberancia de Doth y el magnetismo de Carole Lombard, en momentos como aquellos Alma se sentía la reina de Nueva York, aún cuando la mirada del otro tan sólo pudiera verla como un alma perdida en Manhattan.




jueves, 3 de agosto de 2017

Flor urbana



Hayv Kahraman






I dug up a diamond
Rare and fine
I dug up a diamond
In a deep dark mine


-------------------------

Maybe once in a lifetime
You'll hold one in your hand
Once in a lifetime
In this land


I dug up a diamondMark Knopfler









Aquél verano crecí
en un jardín vertical,
entre asfalto y neones.
Contemplaba la noche
tras la letra fundida
de un luminoso abandonado
bajo un fulgor de estrellas.
Allá abajo, la ciudad desnuda.
Veladores vacíos.
Disputas de enamorados
colgadas en los naranjos.
En las esquinas, besos robados.

Alguna mañana, al despertar
me aupabas con las puntas de tus pies
y me hacías volar por los tejados.
Luego me traías de vuelta
con las palmas de tus manos
a este mundo nuestro que creció
aquél verano en el que fui flor.




jueves, 20 de julio de 2017

Fondo de armario





Kelly Beeman



My love, she speaks like silence
Without ideals or violence
She doesn't have to say she's faithful
But she's true, like ice, or fire


-------------------------------------------------
My love, she speaks softly
She knows there's no success like failure
And that failure's no success at all


Love minus zero /Bob Dylan









Desnudaste mis cajones
para vestirlos de lavanda.
Se fueron tus pies
pero dejaste tus zapatos.
Mi memoria guardó
bajo llave tus silencios.
Me inventé tu vida
para poder olvidarla
y recordar la mía.
Hoy soy hierba,
árbol, hoja seca.
Espero la lluvia y,
mientras tanto,
contemplo
el pájaro azul
que anida en mi rama.


jueves, 8 de junio de 2017

Lipstick sunset



Yesterday´s dreams. Jack Vettriano







And I left my lover waiting
In the dawn somewhere to wonder why
By the end of the day
All her sweet dreams would fade
To a lipstick sunset


--------------------------------

Dejé esperando a mi amor
en algún lugar al amanecer preguntándome
por qué al final del día
todos sus sueños se desvanecerían
en el atardecer carmín.


(Lipstick sunset John Hiatt )






Desvanecido el carmín,
arranca el crepúsculo.
Los labios ebrios,
la tregua instalada
en el cuerpo trémulo.
Allá afuera, la noche.
En el cuarto, la ventana
y los ojos entornados.
Febril el deseo,
breve el amor,
largo el viaje
que lleva al alba.


-------------------------------------------

Dissipé le carmin,
le crépuscule commence.
Les lèvres ivres,
la trêve installée
dans le corps frémissant.
Dehors, la nuit.
Dans la chambre, la fenêtre
et les yeux entrouverts.
Fébrile le désir,
bref l´amour,
long le voyage
qui conduit à l´aube







domingo, 14 de mayo de 2017

A partir de las cinco




Vicky by Endre Roder














I don't know what to do 'cause I still believe
After all the foolish things you put me through
I could always make a start on something new
And I'll always be a man who's open to
Persuasion, persuasion, persuasion, persuasion


Richard Thompson, Persuasion







Te espero en mi mundo
a partir de las cinco,
cuando cese la lluvia
y renazcan los iris.
Mis conflictos guardados
en la caja de ébano,
junto al espejo
en el que veo tu reflejo
cada día al despertar.
Mi vestido blanco limpio
y mis dedos desnudos.
Tráete tu rara sonrisa,
tus manos tibias
y tus pies descalzos.
Te espero en mi mundo
a partir de las cinco,
exenta de razón
y adversativos.
Te espero en escorzo,
para sentirte sin verte.
A partir de las cinco.






viernes, 5 de mayo de 2017

Quedan los besos


Joseph Lorusso








I don't ask you to love me always like this but I ask you to remember. Somewhere inside of me there will always be the person I am tonight.


No te pido que me ames siempre de esta manera pero te pido que recuerdes. En algún lugar de mí siempre estará la persona que soy esta noche.


F. Scott Fitzgerald



En equilibrio
Tras tu estela
De seda azul
Me pierdo
Con tus verdades 
A medias
Tus mentiras 
Inciertas
El aliento se corta
En la garganta seca 
Se solapan los tiempos
En esta noche eterna
Y en el vértice de mis labios
Tus besos me esperan




miércoles, 26 de abril de 2017

Sábado

Thomas Saliot


















Bulle la vida
En veladores y terrazas.
Bolsas y helados
Se pasean por las plazas.
Huelen las flores,
Vibran los labios
En las calles atestadas.
En los parques,
Medio vacíos,
Reina la calma.
En el asfalto
Reverbera la música.
En el cielo raso
Se proyectan fábulas.
Las chicas se balancean
Sobre el hueco de sus faldas.

Es tarde de Sábado
En la Ciudad Sur.

                                     






miércoles, 5 de abril de 2017

Abril




















Y con los azahares
brotan las promesas,
el latido, el aliento,
el rayo que no cesa
y su destello.
La  memoria
de los sentidos
que todo altera.
La flor del naranjo,
bergamota y almizcle
se concitan en tu olfato,
en los labios, el sabor
ebrio de los besos.
Y mientras susurro
en tu oído la canción
que me reclamas,
tus dedos desenredan
los pétalos blancos
caídos en  mi pelo.
Cuando llega Abril...






miércoles, 29 de marzo de 2017

MY SHELTERING SKY/MI CIELO PROTECTOR. Epílogo












In the end we will be
A faded memory, 
buried footprint, 
Sirocco breath, 
stratum on the tapestry, 
clay soaked by voices

Y al final solo seremos
memoria desvanecida,
huella sepultada, 
aliento de siroco,
estrato sobre el tapiz,
arcilla de voces 
impregnada.  




Bitter sweet tears run through the dry river. Children smear their hands in the mud where a glittering gem  catches the girl in her early teens´eye. She takes it among her dirty fingers and runs to the well to clean it with awe. Then she keeps in her pocket the little treasure the stream brought for her. So in a mimetic sort of way the boy from the mountains digs deep into his to reach for the chocolate bar the lady from the bivouac gave him in the morning. He hides behind the acacia tree, tears open the silvery wrapper and licks the candy greedily.

Mother calls for tea and  withered bread. While they gather around the kettle, some kilometers away a woman  is sitting at the top of the big golden dune near the campsite. She writes in her journal looking for the right words to contain what her sight cannot grasp. She runs her fingers through her hair and notices her naked left earlobe. Her stud missing...

The day is coming to an end, the declining sun reverberating on the sandy mountains. Mint tea with biscuits and ground nuts await her in an open circle made of strangers when the night falls. It feels like home then and there, under the sheltering sky full of stars.





Lágrimas agridulces riegan el río seco. Los niños embadurnan sus manos con el barro, donde una gema brilla, llamando la atención de la muchacha. La coge entre sus dedos sucios y corre al pozo donde la enjuaga con fervor. Guarda en el bolsillo el regalo que le trajo la corriente. En un acto de mimetismo el chico de las montañas hunde las manos en el suyo y busca la chocolatina que le regaló la mujer del  bivouac esa misma mañana. Se esconde tras la acacia, rasga el envoltorio plateado y lame la delicia con glotonería.

Madre llama para el té y el pan marchito. Mientras ellos están en torno a la tetera, unos kilómetros más allá una mujer  contempla la cima de la duna dorada junto al campamento. Escribe en su cuaderno buscando la palabra exacta que contenga lo que su vista no puede atrapar. Recorre su melena con los dedos y advierte la desnudez de su lóbulo izquierdo, el pendiente ausente.

El día se extingue y el sol, al esconderse, reverbera sobre las montañas de arena. Té a la menta, galletas y maní la aguardan en un círculo abierto compuesto por extraños cuando cae la noche. Se siente en casa allí y ahora bajo el cielo protector plagado de estrellas.












lunes, 13 de marzo de 2017

MI CIELO PROTECTOR. Poemas de arena. Silencio





Dunas de Erg Chegaga. Marruecos









                                     
"J’ai toujours aimé le désert. On s’assoit sur une dune de sable. On ne voit rien. On n’entend rien. Et cependant quelque chose rayonne en silence... "


"Siempre he amado el desierto. Uno puede sentarse sobre una duna de arena. No ve nada. No escucha nada. Y, sin embargo, siempre hay algo que brilla en el silencio.”



Antoine de Saint-Exupéry






Porque el silencio
otorga, oculta,
confunde e ignora.
Porque el silencio
hiere y escucha
en el volumen cóncavo
de las dunas en sombra.
Porque las palabras
no dichas se desvanecen
y se posan en la  arena roja...
en el Valle del Dadés...
en  las Gargántas del Todra...
Y allí permanecen,
en la tierra yerma,
en el río seco,
sedientas de voz
entre las grietas...






sábado, 11 de marzo de 2017

MI CIELO PROTECTOR. Poemas de arena. Acacia










        




Now the evening dawn is calling
And all the hills are burning red
And before the night comes falling
Clouds are lined with golden thread

We watched the fires together
Shared our quarters for a while
Walked the dusty roads together
Came so many miles



Pipers to the end. Mark Knopfler








Despierta la acacia,
apenas erguida,
en su desnuda soledad.
Abrazan sus ramas
la arena que arrastra el aire
al romper la perfecta geometría
de las dunas de Er Chegaga,
antes de que la huella del hombre
altere sus contornos.
Presencia el discurrir del día
sin premura y sin desidia.
Pero al caer  la noche
su tronco se estremece
bajo el hechizo de Venus.



Erg Chegaga (Marruecos). Marzo 2017













miércoles, 8 de marzo de 2017

MI CIELO PROTECTOR. Poemas de arena. Sima



Dunas de Erg Chegaga (Marruecos)












   
Fili Louise portrait by Henry Leutwyle
                                         




A todas las mujeres


Te quedaste sin tu  reloj de arena y tu vieja cartera de mano. La pátina del tiempo en el cuero desgastado junto al que tantos vasos se posaron sobre cercos de absenta y vino. Ningún poeta leyó en tus ojos ni te escribió rima alguna que tocara fondo. Tan solo en tu sima más profunda el amor y los besos se hacen verbo.

Erg Chegaga. 1 de Marzo de 2017







lunes, 6 de marzo de 2017

Don't explain



Le feu follet 1963. Louis Malle







Cuando los dedos ven
y los ojos tocan,
tu mirada se dilata,
avanza y se desborda
para romper en la mía
como una ola...
Cuando el alma duele
y las palabras sobran,
en la noche fría
de domingo,
y las campanas
doblan...



viernes, 10 de febrero de 2017

Miedo








                                                                     


Llueve sobre mi corazón
que, en un acto de torpeza,
suele abrir el paraguas
cuando más brilla el sol.
Será que la mente se me nubla
cuando me ronda el amor
y que me asusta cruzar el puente
que me conduce hasta vos.




miércoles, 8 de febrero de 2017

Las horas




Foto de Alain Le Guen







   


"in this room                                                              
the hours of love 
still make shadows.
when you left
you took almost
everything"
                                             




“en  esta habitación
las horas de amor
todavía hacen sombra.
cuando te marchaste
te llevaste casi
todo.”

(Fragmento del poema de Bukowski For Jane)




Mientras duermo en tu hueco
tus dedos desenredan
la madeja de mis sueños.
Tu latido, en mi oído,
templa mi recelo.
Con tus labios
en mi pliegue
despierto,ebria de blues.
Se deslizan las horas,
desbocadas,
entre campos de lavanda,
de la pared colgados,
en perfecto contraluz.


lunes, 6 de febrero de 2017

¿Dónde la claridad del alma permanece?



Efrat (Israel). Mannu Sorá






Hacía tiempo que quería que mi gran amigo Mannu, favorito de los dioses, estuviera aquí presente a través de sus propias palabras. Su espíritu extremadamente sensible y apasionado me ha inspirado en muchas ocasiones. Todo en él es más grande que la vida. Y la vida, en uno de sus continuos actos azarosos, me ha devuelto este poema de hace más de siete años que estaba traspapelado en una carpeta virtual; un poema que recrea el desasosiego que produce el vacío y que solo puede llenarlo el recuerdo. Pero los recuerdos se van desvaneciendo con el tiempo y eso, "también duele", por eso la escritura es una forma de salvarnos del olvido. Acompaña a estos versos nostálgicos uno de los más bellos tangos instrumentales creados por el gran Astor Piazzola: Oblivion, interpretado al cello por Stjepan Hauser; una pieza elegida por el propio Mannu, que le "transporta a momentos muy felices y que tiene que ver con el sentimiento expresado en este poema":





¿Dónde la claridad 
del alma permanece...?
...A veces, dudas tengo
sobre qué azules elevarme
pues aunque de oscuridades
todo y nada entiendo,
de manera obsesiva 
busco la luz
para olvidarme...
Olvidar o retener 
viejas heridas,
qué camino seguir 
y qué borrar
pues en el alma brotan 
pus y negra vida,
y amargos nudos 
difíciles de atar...
¿Dónde la claridad 
del alma permanece...?
¿Dónde los colores  
expandidos de la tierra...?
¿Hacia qué senderos inauditos 
la vida me destierra...?
Ya que esta inmensa  
impotencia de no alcanzar
lo ya perdido, 
me enloquece...
¿Dónde la claridad 
del alma permanece...?



En Jerushalayim. Marzo 2009

Mannu Sorá




Gracias, Mannu querido