Casi todos nuestros temores, deseos y sueños habitan un lugar solitario que está dentro de nosotros y en el que, paradójicamente, muchos confluimos, a veces a destiempo, otras compartiendo espacios paralelos. A este lugar solitario en el que buscamos refugio y respuestas a través de la música, la literatura, el cine, la pintura, el ARTE, sois todos bienvenidos.
lunes, 1 de diciembre de 2014
Ample make this bed/Que la cama sea amplia
Tal vez sea en esta bellísima película, “La decisión de Sophie”(1982) de Alan
J. Pakula, basada en la novela homónima de William Styron, en la que Meryl
Streep haya hecho su interpretación más conmovedora. No en vano le dieron el
Oscar a la Mejor Actriz por este intenso drama romántico cargado de poesía; un
drama que se narra en tres niveles temporales: el tiempo presente y los dos
tiempos pasados que se van intercalando en flashback. Esta intercalación de los
tiempos, unido a las diversas tramas argumentales que se hilvanan en la historia
de los tres personajes protagonistas (Sophie, Nathan y Stingo, la voz narrativa)
hace de “La decisión de Sophie” una película extremadamente rica, llena de
matices tanto en lo que a los personajes se refiere como a las relaciones que se
tejen entre ellos.
La maravillosa fotografía de Nestor Almendros capta
perfectamente ese contraste entre la parte más trágica del film, que tiene su
eje central en la dramática decisión que Sophie, emigrante polaca y
superviviente del Holocausto Nazi, debe tomar sobre a cuál de sus dos hijos
"prefiere" sacrificar, y ese momento presente que transcurre en Brooklyn (NY).
Sin embargo, este momento presente que a los ojos de Stingo, el joven escritor en ciernes, se muestra como un mundo idílico y rutilante, una apreciación a la
que contribuye la fascinación que Sophie, de la que se acaba enamorando, y
Nathan ejercen sobre él, también tiene sus sombras, las que proyecta Nathan, el
desequilibrado científico judío y amante de Sophie, sobre quien descarga los
delirios propios de su esquizofrenia.
A pesar del título de la película y la
novela, la historia que se nos cuenta acaba siendo la de Stingo,el escritor
sureño, su despertar al mundo real en esa casa de huéspedes color rosa desde la
que él mismo nos narra una experiencia en la que se conjuga el amor y la amistad
y que conlleva la pérdida de su inocencia. Y esa pérdida se hace patente al
final de la película, cuando Sophie y Nathan yacen dulcemente abrazados en la
cama en la que leían poemas, escuchaban música, se amaban de una manera
imposible... y para la que no había salvación, porque los dos eran seres
profundamente heridos y atormentados. Y al contemplarlos, Stingo coge el libro
de poemas de Emily Dickinson y da voz a ese mismo poema que los amantes leyeron
cuando acababan de conocerse; un poema que describe el lecho perfecto para
aguardar la paz del sueño último.
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