domingo, 19 de abril de 2015

Ciudad humana

Georges Dambier, Capucine at Café de la Paix, Paris, 1952






Cuando despierto
en la mañana temprana
y la ciudad no existe,
yo la invento.

La erijo piedra a piedra,
coloco los rincones,
las esquinas y los puentes,
las ventanas con macetas
y los árboles de abril.

Las farolas en negro,
los kioskos de prensa
y los gatos callejeros
vienen después.

Luego surgen  las terrazas
en las que dispongo veladores
Parisinos, florentinos y praguenses
Con jarras y vasos de agua
a la espera de las tazas de café.

Los postes de luz se elevan,
después aparecen las miradas,
las de frente y
las que vienen de perfil.

La emoción amanece
por fin, creando la trama
de las horas y del día.

Restos de carmín asoman
sobreimpresos en los filos,
huellas del aliento
que humaniza la ciudad.

AMPARO DE VEGA REDONDO





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