Nuestro

                                 




Me regalaste
Aquel poema de Cernuda
Y mis primeros tulipanes
En conquista lenta y sin descanso.

Como un ilusionista sacaste
Aquella gabardina de mi antojo
En la plaza romana donde se yergue el Panteón,
Y un precioso cuaderno de cubierta etrusca.

Una estilizada figura
Que adquiriste en el British
Y una cabeza en piedra blanca,
Columnas que sustentan mis recuerdos.

Ningunas me sostuvieron
Como tus brazos
Ni capitel alguno
Me dio  mayor cobijo que tu cuello.

Colabas golosinas en mi bolsillo
Y en mi boca. Cuidaste
Mi cama, velaste mi sueño,

Te desprendiste de lo tuyo

Para hacerlo mío.

Dejaste en mí lo más preciado,
Lo que carece de tasa,
Lo que a nadie pertenece,
Y sin embargo
Siempre será lo nuestro.


AMPARO DE VEGA REDONDO