sábado, 25 de octubre de 2014

Para encontrarme





 Edward Hopper, "Sunlight Sea"






Hoy voy abriendo mis ventanas
para poder ver las tuyas, tal vez
tan lejanas y cerradas.

Hoy, igual que ayer,
comienzo a  abrir 
tímidamente 
una rendija,
buscando algún atisbo, 
algún rastro que 
tal vez, y por descuido,
hayas podido dejar 
en el camino
que te lleva a ese destierro 
que frecuentas.

Y hoy, igual que mañana, 
al igual que la pasada primavera, 
en su comienzo, 
abro las puertas 
casi de par en par, 
como si ese gesto 
contuviera una certeza,
como la luz de verano,
esa que destella y ciega,
demasiado intensa, tal vez,
tan temprano.


Y mañana quizá,
finalizado ya el estío,  
tal vez vuelva a abrirlas 
para cuando llegue el otoño,
con la esperanza de que 
el tiempo transcurrido 
y la nueva estación
favorezcan un ligero movimiento 
de tus goznes.

Tal vez, y solo tal vez, 
para entonces,
algún cerrojo 
se haya transformado en flor
y otros cerrojos repliquen 
ese movimiento cósmico.

Y para cuando llegue el invierno,
atemperada ya la luz,
los días tan cortos, 
las noches tan largas,
para cuando llegue, 
tal vez y solo tal vez,
yo siga abriendo, 
si no mis puertas, 
al menos mis ventanas.

Aunque quizá, seguramente, 
para entonces 
ya habré comprendido 
que son las mías las que debo dejar 
apenas entreabiertas.
Y que así, y solo así, 
con el tiempo
tal vez llegues a imitar mi gesto,
para poder así 
encontrarme con tu alma de invierno 
en el rellano

Amparo de Vega Redondo

Creta. Septiembre 2014


 

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