© Hayv Kahraman |
Adiós a tu rostro y sus aristas,
A la perfecta geometría de tu cuello.
Me despido de tu errática sonrisa,
Dejo atrás el brezo y el romero.
En la corteza accidentada
Del álamo blanco me detengo.
Alguna vez estuvo allí
Mi reino, en primavera,
Cuando abrían las flores,
Con sus pétalos rosados
Bajo el sol del mediodía.
Encuentro allí ahora, y sin buscarlo,
Mi cuarzo azul, mi azar
Que contrarresta mi lamento
Y me lleva a casa de regreso,
Al sur del sur y en pleno invierno,
Cuando por fin florecen los almendros.
C'est toujours très beau...
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